Los avances en la ciencia y el desarrollo de nuevas tecnologías, incluido el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), se manifiestan cada vez más en diversas esferas de la vida del individuo, la sociedad, el estado y la comunidad internacional.

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En particular, desde el estallido de la epidemia de COVID-19, se ha hecho evidente que confiamos en la IA para satisfacer nuestras necesidades básicas diarias y compromisos laborales, y durante mucho tiempo hemos confiado en decisiones automatizadas para planificar, por ejemplo, rutas (por ejemplo Google Maps calcula y sugiere la ruta más rápida y óptima), compras en línea (por ejemplo, programas que calculan qué producto es el más óptimo en términos de precio de acuerdo con nuestros deseos y requisitos), o al usar teléfonos inteligentes a través de sensores que funcionan recopilando datos de sus usuarios (por ejemplo, localización por GPS, movimiento, sensor táctil, potentes cámaras, etc.) funcionan recopilando varios datos de sus usuarios. En algunos países, los sistemas de IA ya se utilizan en cierta medida en la formulación de políticas y los procesos de toma de decisiones judiciales (especialmente en procesos penales; véase, por ejemplo, la iniciativa del Foro de Justicia Digital liderada por la Red Europea de Consejos del Poder Judicial y del Poder Judicial), o el Informe de la Casa Blanca ‘Preparándose para el futuro de la Inteligencia Artificial’) y la toma de decisiones administrativas, donde se toman decisiones que son cruciales para el individuo y la sociedad en general. Sin embargo, en el futuro, la recopilación de datos, el intercambio rápido y el procesamiento (semi)automático permitirán el uso generalizado de sistemas sofisticados de IA en varias áreas que son extremadamente importantes para las personas y la sociedad (por ejemplo, salud, poder judicial, planificación de políticas y control policial).

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Dado el potencial que abarca todo el uso de la tecnología de IA, el desarrollo y uso de esta tecnología sin duda invadirá (y en algunos casos ya invade) algunos derechos humanos fundamentales, incluido el derecho a la vida. A pesar de la naturaleza fundamental del derecho a la vida, no existe una investigación científica profunda sobre los diversos aspectos de la interacción entre el desarrollo y el uso de la tecnología de IA y este derecho. El propósito de este proyecto de investigación nacional es contribuir a llenar este vacío y abordar el tema desde la perspectiva de varias áreas legales relevantes.

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La protección del derecho a la vida es sin duda una obligación fundamental del Estado en el ámbito de la protección internacional de los derechos humanos. Todos los estados están obligados por el derecho internacional consuetudinario a respetar el derecho a la vida, y este último también está consagrado en todos los principales tratados internacionales de derechos humanos. Además, el derecho a la vida en las democracias también es un derecho humano central protegido a nivel constitucional y juega un papel clave en la aplicación e interpretación de las normas en otras áreas internas, como el derecho penal y el derecho administrativo. Dado que el estado está obligado a garantizar el derecho a la vida sobre la base de las obligaciones legales internacionales, el grupo de proyecto se centrará principalmente en la coherencia del desarrollo y uso de la IA en términos del desarrollo legal internacional logrado y la adecuación de su implementación en Eslovenia. .

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